¿Desea conocer el perfil de algún político, de Currás, de la Prado, de la Domínguez? ¿Lo desea demoledor, garrapiñado, técnico, morboso? Aquí se lo confeccionamos a medida, solo tiene que decirnos para qué lo necesita…
Y es que el uso habitual de frases o citas de personajes célebres, además de muestra de gran paletismo, confirma que el usuario no tiene la menor idea del tema del que se habla y solo le resta quedar bien (sin conseguirlo, claro). Cosa no muy distinta ocurre cuando se elaboran los perfiles de políticos y otras especies, encomiable y nunca bien pagada tarea, pero que no va más allá de comportarse como los horóscopos, esos que no dicen nada, valen para cualquier persona y circunstancia y, a la postre, quedan de relleno. Por no hablar de aquellos otros sesudos análisis, bastante chorras, que consultores, entendidísimos y estrategas políticos cometen con la voluntad inconfesa de demostrar cuanto saben sin olvidarse de ciertos guiños para que mañana les rasquen el lomo.
Esto es lo que tenemos que aguantar en estas fechas cuando con el cuerpo aún recalentado en el microondas del alcalde defenestrado han surgido como champiñones los susodichos perfiles, lo mimo de un gris perla Ángel Currás, de una escurridiza Paula Prado por si acaso, o de la crisálida de Rebeca Domínguez, perfiles que, para qué engañarnos, no interesan a nadie más allá de cuatro datos y una foto.
En pocos lugares como en Galicia se cumple la máxima popular según la cual “si quieres conocer de verdad a alguien, dále un cargo”.
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