Publicado en SANTIAGOSIETE el 5 de Diciembre de 2008
La penúltima medida de Raxoi para sobrellevar la crisis nos ha llegado en formato de confidencia: debemos tener cuidado porque aumentará la delincuencia. No está claro si se refiere a esta crisis nuestra o a la llegada desde los países del Este, pero resulta confortante tamaño desvelo proteccionista. Lo que tampoco sabemos es qué podremos hacer frente a este repunte de la delincuencia más o menos desorganizada, la misma que estamos notando desde que las facturas de luz y gas, con sus subidas, más se están pareciendo a cartas de extorsión. Hasta ahora apenas podíamos encontrar ladrones a salto de mata y ahora asaltan las casas como si fueran chinches, y es que ya no necesitan ser amigos de lo ajeno sino que les basta ser meros conocidos con derecho a roce para tomarse la injusticia por su mano.
Y como el que avisa no es traidor, allá nosotros si queremos salir a pasear tranquilamente cualquier noche a ver las lunas rotas, porque la autoridad ya ha cumplido su misión avisándonos y se lava las manos, la izquierda y la derecha. Por suerte, se nos dice, habrá más policías y medios para combatir esa delincuencia que se avecina. ¿Los van a multar?
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