Publicado en SANTIAGOSIETE
el 27 de Marzo de 2009
Los resultados aún calientes de las autonómicas han cogido a más de uno con los rulos y la bata de guatiné puesta. Las urnas, más que abrirse, se derramaron y los votos inundaron el vacilante firme, mojando los pies de los inquilinos de renta antigua de Raxoi, provocando sonrisas malévolas en unos mientras otros ya han pedido cita al barbero. Es lo que traen las extrapolaciones de resultados, esa perfecta ciencia inexacta. El recuento ha demostrado contra pronóstico que la fricción supera a la realidad porque casa de dos puertas, o dos partidos por la mitad, es difícil de guardar. Lo cierto es que antes de preguntar ya se dieron razones con ropaje de excusa de quienes actualmente mandan en Santiago para quienes la estabilidad y la duración del actual gobierno no debiera verse afectada por unas elecciones ajenas. Justo lo que dijo Fraga antes de que lo marcharan.
Lo cierto es que las próximas municipales aún quedan demasiado lejos como para hacer quinielas sin variantes pero la actual crisis de los cuarenta, que son los millones de españoles afectados por la economía, parece que también hace el Camino y acabará por llegar pero sin indulgencia.
Lo cierto es que las próximas municipales aún quedan demasiado lejos como para hacer quinielas sin variantes pero la actual crisis de los cuarenta, que son los millones de españoles afectados por la economía, parece que también hace el Camino y acabará por llegar pero sin indulgencia.
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