Anxo Lorenzo, ¿Un Pequeño Pony De Troya En La Xunta?

No son pocos los votantes populares que achacan el nombramiento de Anxo Lorenzo a una resaca mal ventilada, los mismos que pasaron en pocas horas de la sorpresa, al estupor, y del cabreo a irse de botellón para olvidar, y no pocos aquellos que se dividen entre lo que consideran el cargo una estafa y los que lo creen un engaño, y hasta Gloria Lago que no tiene pelos en ninguna de las dos lenguas echaba sapos y culebras al referirse al nombramiento mientras daba de paso un aviso a Feijóo de que así no, Alberto, le dice, que eso no era lo prometido, y todo ante la atenta mirada de unos soprendidos socialistas que apenas lograban aguantara una risita nerviosa como cuando en una reunión a alguien le falla la válvula trasera, atónitos como quedaron también por el nombramiento del que había sido uno de sus ideólogos de cabecera y mesita normalizadora de noche.
Y así han ido pasando los días y las malas tardes y las aguas menores volvieron a su cauce a mayores, hasta quedar el nombramiento como el de quien regala un tigre a su hijo de mascota, a ver quién le da de comer al bicho, al tigre se entiende, y le corta las uñas y le pone el cencerro al gatito, que a ver cómo recula lo que parece un borrón sin que le tachen de cobarde unos, de traidor otros, por tratar de arreglar lo de la lengua mientras unos salivan de gusto y otros babean de rabia.
Que a ver cómo sale de este jardín que creyó su Edén cuando se fue Adán, pero la Carmen, y arregla el desaguisado y el alboroto entre sus filas que van pasando de votantes a vetantes o si el tiempo le da razón o solo se la presta, y a ver si sus promesas son de lengua de trapo. A ver. Y oir.