Aun es pronto para saber si cuando Sánchez Bugallo afirmó que quería una Compostela “para los hijos” estaba pensando en la ex directora de la UMAD. Son esas cosas, como los rebacheos, que solo conocemos en vísperas de elecciones y que desmontan el rumor de que el alcalde compra sus discursos en ‘los chinos’: pues no, tiene uno, solo uno desde hace años, lo que ocurre es que se le olvida cambiar hijos por nietos. No es cuestión de desgaste lo suyo, sino de aburrimiento al decir de algunos, o puede que sea ese colesterol intelectual que le causa el amancebamiento con el Bloque, pero hay quien opina que el tiempo del alcalde se va acabando, apenas quedan huecos para más arbolitos, ni lugares nuevos donde esconder el botellón, ni coches para tanta grúa. Y sin embargo este panorama nos lo presenta eufórico, enseñándonos que con sentido del humor, del ajeno, podemos distinguir entre censura o tolerancia según la religión que se ofenda, ya que poco le importa que alguien le diga que es malo mientras al menos sea conocido, mérito suyo es haber convertido al socialismo en la principal fuerza conservadora de Santiago. Tiempo es de renovar a quien le escribe los discursos a quien le escribe los discursos al alcalde, más que a programas electorales suenan a editoriales.
Publicado en SANTIAGOSIETE el 15 de Abril de 2011
7 comentarios:
!Qué razón tienes! Muy buena descripción de lo que pasa en nuestra querida ciudad. Querida para algunos, porque otros no le deben tener ningún cariño cuando consienten,con sus votos, que la gobiernen unos indocumentados y unas mendigas intelectuales.
Hai que ver...cós grandísimos intelectuais que sirven ó Pp(¿Ou habería que dicir á SANTA INQUISICIÓN mellor?).Rajoy para arcebispo vai feitiño, agora ben, para presidir España vai moi atrasadiño no século o coitadiño!
A Compostela que quere o Pp é unha Compostela beatificada e chea de mendigos, así ensálzanse de solidarios os peperos/as. Xa sabemos onde van a maior parte da recadación de impostos con eles ó mando ¿Non si?.
Interesante análisis el suyo. Fíjese que tuve dudas acerca de si no resultaba excesivamente duro este artículo, pero tras leerle está claro que no. Un saludo afectuoso.
La tolerancia y no la envidia es buena compañera del ser humano señor Lampreas y Boquerones. Las urnas hablarán el 22 de mayo, hasta entonces tolerancia amigo.
Tengo para mí que tachar a una persona de intolerante, o no, es como querer discutir y convencer a un espejo.
Háblele usted a su espejo y convénzase a si mismo caballero de ser mejor persona cada día (valorando la humanidad en su conjunto)en lugar de ser un grandísimo intelectual superirizado(privilegiado de buena cuna seguramente,no lo sé,usted sabrá). Cuanto más alto vuele, más dura será la caída...aun así siempre le quedará el aliento de arreglar todo problema económico con dinero. Saludos.
Pues eso será si usted lo dice. O no, tampoco importa demasiado (total...)
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