Estar pasado de moda es, posiblemente, la única potencia del alma humana que nunca pasa de moda. Y es que últimamente escuchamos hasta el sopor hablar de asesores o consultores políticos, esos mismos de los que ya se ocupara hace un tiempo un tal Francisco de Quevedo y respecto de los cuales lo más “bonito” que decía era aquello de “garrapatas de corte” para referirse al mismo tipo de sujetos y sobre idéntica actividad a la que desarrollan hoy día (lo de ponerle un nombre más chic a ese trabajo parece cool, pero solo eso), empleados la mitad del tiempo en hacer creer a su pagador que le son indispensables y la otra mitad en hacerle creer que gracias a él son como un César, un Maquiavelo o un Cicerón redivivo. Y a fe que consiguen ambas cosas. Pero nadie se explica cómo, sabiendo tanto de todo, a ninguno le da por formar un partido o presentarse ellos mismos, que si fuera verdad la mitad de lo que venden y predican no tendrían rival (¡No!, nos dirán, lo que pasa es que…bla, bla, bla…mientras nosotros pensamos claro, claro, claro…)
Puede que por estas razones la penúltima trifulca compostelana a cuenta del cuento de las facturas impagadas nos coja a los ciudadanos con el paso cambiado. Ni nos escandaliza el importe de las mismas ni la paternidad de la morosidad, que pareciera como si estuviéramos curados de espanto. O puede que sólo sea de asco. Pero hay un punto que a pesar de todo nos inquieta, a saber: que partiendo de la base de que a pesar de tantos millones adeudados ni uno solo de los responsables políticos y sabios consejeros ha dejado en este tiempo de cobrar su nómina (que se sepa), muchos ciudadanos mal administrados han pasado gracias a esta gran gestión más hambre que el perro de un ciego, los mismos a los que una multa o un expediente les suponía a modo de tiro de gracia una vuelta más de la tuerca de semejante garrote vil municipal. Pero… ¿todos? ¿O es posible que a unos particulares, empresas o autónomos, se les haya pagado y a otros no? ¿O puede que a unos antes que a otros? ¿O puede incluso que por motivos cuanto menos sospechosos? Es decir, si no han sido pagadas todas las facturas, ¿qué criterio se ha seguido para hacerlo con unas y no con otras? ¿La prioridad en el tiempo, el importe, su”trascendencia”? ¿O ha habido otros motivos? Y en este caso… ¿cuáles?
¿Comprende usted el alcance de la cuestión? ¿O es de los que necesita un asesor para enterarse?
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