Por Ana Ulla
Ocurre con la vergüenza que se tiene o se carece de ella,
que solo un poco, la puntita, o mucha pero sólo en horario de trabajo, no es
vergüenza sino rueda de prensa. Don Francisco Reyes, Pacoreyes con nombre de maletilla,
está avergonzado, suponemos que muy avergonzado, por pertenecer a esta
corporación municipal. Así lo ha dicho, sí, y todo porque la juntaza de Jueces
ha mostrado su desacuerdo por la manía persecutoria que dicen padece María
Pardo, palabras que, vueltas a escuchar, vuelven a no ser tales….como si eso
importara. Y nada mejor que mostrar malestar por el poco respeto ante la
división de poderes que haciendo lo mismo, así reciben sin receta de su misma
medicina.
Pero mientras, don Francisco se siente avergonzado. No es
vergüenza torera, no, no por haber estado cobrando dos sueldos durante meses
hasta que le llamaron al orden, no, ni como cuando Bernardino Rama cuestionó,
en su habitual estilo de terciopelo y vainilla, la actuación de otros jueces
cuando a reclamo de María Pardo se reabrió parte de la causa Montebalsa y, ¡oh
sorpresa! fue imputado. Entonces don Francisco no se avergonzó, claro, no tuvo
que sentir ese oprobio porque no fue necesario considerar que las palabras de
su compañero de cosas resultasen vergonzosas sino porque la Junta de Jueces no
se consideró lo suficientemente molestada para gruñir.
Ahora es distinto. La vergüenzade Don Francisco es otra, no
porque cuando Bernardino Rama fue imputado, también, en la operación Pokémon y
declaró en tono de vicetiple que la suya, la suya, sí, la suya era una
imputación política. Todas las demás no, claro, supongo. Tampoco entonces la
Junta de Jueces se irritó, lo cual evitó que Reyes, don Francisco, tuviera que
sentir vergüenza.
Como tampoco la sintió cuando allá por el año 2009 un
juzgado de Santiago emitió un Auto para investigar a dos sujetos por Montebalsa,
uno el de siempre, Bernardino, el otro un tal Sánchez Bugallo quien manifestó
en La Voz (de Galicia) que “el Auto del juez manifiesta las INTENCIONES DEL
MAGISTRADO, que ya se vieron más veces y no son ninguna novedad….”. Aquello no
era cosa de mucha vergüenza para Reyes, ni para nadie, porque tampoco aquello
molestó a la Junta de Jueces y no obligó a don Francisco a sentir vergüenza,
con lo malo que es eso para la dermis.
Será que la vergüenza va por barrios, vergënza a feira,
sencillita, facilona. Se puede tener vergënza de muchas cosas, prácticamente de
todas, pero cuando es un grifo que se abre o se cierra a nuestro antojo la cosa
parece como que cambia. O tal vez
debería llamarlo de otra manera, pero nos da vergënza….
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