jueves, 10 de mayo de 2012

Urbanismo se escribe sin "H" (que es muda. Y algo sorda)

Con exquisita periodicidad, gobierno y oposición municipal, sin que esté claro cuál es cada quién, volvieron a tirarse sus tratos a nuestras cabezas. En esta ocasión con fuego drapeado a propósito de presuntos fraudes urbanísticos, un tema que por recurrente nos lleva a frotarnos las manos con los ojos para seguirlo con atención.
Fue la hipnótica María Pardo la que rompió las hostilidades desvelando, o chivando, que en el anterior biperiodo se cometieron irregularices urbanísticas, ‘bastantes’, concretó, atreviéndose a hablar de fraude si bien los servicios jurídicos están estudiando el calado de tales irregularidades.
Seguidamente fue el ex –ex Sánchez Bugallo, que a pesar de sus palabras sigue en política aunque los ciudadanos no lo quisieran como alcalde, respondiendo que sí, sí, pero no, no, porque fraude, lo que se dice fraude, lo del convenio de Finca do Espiño, que eso sí que clama a los cielos.
Y tras ambos, los tan previsibles como esponjosos titulares sobre acusaciones mutuas de fraude urbanístico capaces de provocar los ¡oh! ¡ah! ¡eh! ¡uh! a coro…pero que si repasamos levemente vemos que nada de nada. Y es que se asombrarían los partidos y sus medios voceros si descubrieran lo que de verdad nos inquieta, que las preguntas que se hacen los ciudadanos son otras, a saber:

-¿Por qué doña Pardo habla de fraude si los servicios jurídicos no se han pronunciado?
-¿Por qué doña Pardo se refiere a licencias concedidas hasta 2005 sin percatarse, o sí, de los cambios que trajo el Pxom en 2007?
-¿Por qué doña Pardo olvida, o no, que las licencias sospechosas tuvieron el visto bueno de la entonces oposición popular como le recordó acertadamente Sánchez Bugallo?
-¿Por qué Sánchez Bugallo afirma que su entonces gobierno no verificó si las construcciones fueron ajustadas a las licencias concedidas? ¿Qué quiere decir con que habría que preguntarles a los constructores si observaron lo contenido en esas licencias?
-¿Quién es el encargado y/o responsable de verificar lo anterior? ¿Gobierno, oposición ambos? ¿Quién y cómo responde en su caso?
-¿Por qué se saca el tema de Finca do Espiño cada vez que se culpa de algo al anterior bigobierno, sea lo que sea?
-¿Por qué si el convenio con Layetana es delictivo (sic) todavía nadie lo ha puesto en manos de la justicia? ¿Se emplea como arma política o amenaza?
-¿Por qué se usa ese presunto carácter delictivo para amenazar al alcalde Currás, dándose a entender que se actuará judicialmente solo en el caso de que pretenda llevarlo adelante?
-¿Por qué se le recuerda día tras día al alcalde Currás cómo acabó Conde Roa cada vez que se menciona el asunto de Finca do Espiño? ¿Es una amenaza nada velada desde la oposición bipartita o oncluso desde dentro del propio Pp compostelano?
-¿Por qué cabe pensar que el alcalde Currás llegó al cargo con la condición de seguir adelante con el convenio de Finca do Espiño?

Y así podríamos seguir quién sabe cuánto tiempo… pero para qué. No esperamos que nadie responda, pero ahí quedan planteadas porque en algún lugar deben estar.
Puede que tanto café no sea bueno, todo acaba institucionalizándose primero y perdiendo su alma por desecación después. Cuando todo cabe en una noche.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Pronto lo sabrás.

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