Ojalá nos equivoquemos pero a las deportistas gallegas les aguarda un futuro un tanto incierto. Y es que recientemente fue constituida, bajo los auspicios de la siempre inquieta conselleira Ánxela Bugallo, la denominada MUDEGA, con ‘m’ de mojito, la Asociación de Mulleres Deportistas Galegas.
Uno esperaba, en su candor, una avalancha de medios técnicos, becas, instalaciones y ayudas de toda índole, o al menos la promesa de todo ello, pero parece que no será así. Desde la Asociación lo que se busca, según se dijo, es la igualdad de las mujeres en el deporte y el fin de las discriminaciones. Fue entonces cuando un escalofrío recorrió la musculatura de las presentes al recordar, en el silencio de las espalderas, el trato que por la misma conselleira se había brindado a ese tipo llamado David Cal, el mismo que vino de Pekín con las medallas que algunos políticos quisieron colgarse a sí mismos del derecho y del revés en el momento de la foto finish.
Lo cierto es que con el dinero sí dado no dado al palista hubo para este acto de constitución, uno de esas iniciativas que en la caleidoscópica ociosidad de Cultura parecieran no tener fin, la misma Consellería que no siempre sabe distinguir adecuadamente el curro con el Caribe. Bien está que se acaben con las discriminaciones y para ello nada mejor que hacerlo discriminando a los hombres de este tipo de iniciativas.
No acabamos de comprender para qué debe existir una asociación de ese tipo ni quién sacará rédito, pues tal vez los cuartos empleados en su puesta en marcha y desarrollo bien pudieran valer alguna de las becas que por su escasez están provocando, no una marcha, sino un maratón de deportistas gallegos que huyen a otras latitudes en busca de un poquito de calor institucional. Tal vez se trata de que no se vuelva a repetir lo sucedido con el susodicho Cal y con estas asociaciones las deportistas, llegados el momento, no les quedará otra que rendir pleitesía a la Consellería como ángela de la guarda de sus sudores y ampollas. Algo que desde luego no tranquiliza a las esforzadas deportistas que gracias a la Asociación, dejarán de ser invisibles (sic), opinión esta que suscitó diversos y no siempre bien entendidos comentarios entre las presentes.
Quién sabe, pero a más de uno este asunto le recuerda a aquella no tan antigua Sección Femenina de los tiempos del blanco y negro…
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